La Europa de los muros

Desde que en 1989 cayeron los 155 Km. de muro que dividía Berlín desde 1961, la orgullosa Europa creyó que con aquel histórico día de noviembre habían caído todos los muros que impedían que los europeos abrazaran de nuevo la libertad. La caída del muro de Berlín supuso un triunfo internacional, una fiesta compartida en todos los rincones del mundo. El intento de traspasar aquella maldita valla de hormigón durante los 28 años que se mantuvo como frontera forzada entre las dos Alemanias, les costó la vida a unas 300 personas según datos estimados sin confirmación exacta.

¿Qué fue de aquella Europa que se avergonzaba de levantar muros para impedir la entrada de personas que ansiaban una vida mejor al otro lado? ¿Ha perdido la memoria o es que cree haber sufrido tanto durante las guerras que destruyeron sus calles, sus casas y sus vidas que se ha vuelto inmune al dolor de los otros?

La hoy próspera Europa, ya no recuerda cuando sus gentes huían de las bombas a pie, arrastrando lo poco que sus fuerzas les permitían, desfalleciendo en el camino por el hambre, las enfermedades y la tristeza que enloqueció a tantos en su lucha por escapar de una realidad gris en la que el futuro era solo una palabra sin sentido.

Hoy Europa levanta nuevos muros. Kilómetros y kilómetros de alambre y concertinas para impedir el paso de millones de refugiados sirios, que, igual que hicieran los abuelos y abuelas europeas, niños y niñas entonces, atraviesan océanos y continentes dejando un lastre de vidas humanas por el camino, despojados de todo excepto de ese único punto de esperanza que les brinda de lejos occidente.

Tres millones de euros de fondos europeos costaron los 12’5 Km. de valla que separa la provincia turca de Erdine con Macedonia; Bulgaria levantó, también con fondos europeos 30 Km. de valla en Lesovo y Kraynovo, pero aún así quienes no tienen más que perder que el hambre continuaban atravesándola, así que levantaron otros 82 Km. adicionales.

Serbia hizo lo propio con 135 Km. en la frontera con Hungría y el acuerdo entre Francia y Reino Unido se concluyó con el levantamiento de otro muro en el lado francés del Eurotúnel que atraviesa el Canal de la Mancha entre los dos países.

¿Que habría que decir de España que no sepamos ya? 12 Km. de vallas de concertinas en Melilla y otros 8 Km. en Ceuta son asaltados cada día por refugiados provenientes de África, en su mayoría perseguidos en sus países de origen, todos ellos en guerra civil o con otros países africanos. Ninguno tiene derecho a asilo, a todos se les llaman inmigrantes y nunca refugiados, lo sean por motivos económicos o políticos.

El eurodiputado de Podemos, Miguel Urbán, cifra en 1800 millones de euros lo que Europa ha gastado durante los últimos cinco años para blindar fronteras y levantar nuevos muros, vallas de alambre que desgarran la carne de quienes intentan atravesarlas; en cambio, tan solo se ha gastado 700 millones en ayudas a los refugiados.

Sin embargo, ese éxodo tan masivo que recuerda ya a la Segunda Guerra Mundial, No lo es por casualidad, no es capricho de quienes abandonan sus casas y sus vidas para lanzarse a lanchas y a trenes cargados con sus hijos e hijas, a sabiendas de que la muerte les espera en cada kilómetro de recorrido y la supervivencia es casi un juego de azar. Los conflictos armados que viven en sus países de origen y que nada tienen que ver con quienes huyen del horror, esos conflictos son mantenidos a base de tratados comerciales y venta de armas, de intereses económicos y luchas de poderes en los que Europa no es solo cómplice, sino partícipe activa y en los que saca una suculenta tajada.

¿Qué es lo que esperaban los gobiernos europeos mientras apoyaban a las grandes empresas multinacionales, dueñas del comercio de armas, del tráfico de drogas y de personas? ¿Acaso creían que las poblaciones no iban a luchar por su vida escapando de una muerte segura hacia lugares donde poner a salvo a sus hijos e hijas? ¿Qué haríamos cualquiera de nosotros si tuviéramos que vivir esa situación? ¿Creen los europeos que es cómodo abandonarlo todo para caminar con rumbo incierto hacia lo desconocido o morir de hambre y desesperación en un campo de refugiados?

Es justo, es lógico que quienes han sido despojados hasta de sus derechos más básicos pidan un espacio para vivir en paz, aunque esté lejos de la tierra que les vio nacer y que mejor sitio que entre aquellos que se ha beneficiado, incluso sin saberlo, de la explotación de sus recursos y que, por tanto, forman parte del origen de su desgracia.

Muros de vergüenza se levantan hoy en Europa, muros por docenas, muros para no oír, para no ver, para no derrumbar el único muro que debiera ser derrumbado: acabar con las políticas que favorecen a los intereses financieros por encima de los derechos humanos.

10 comentarios

  1. icástico · · Responder

    Y el retrasado mental de nuestro ministro del interior hablando del «efecto llamada», como si esta gente estuviese esperando un silvidito para jugar a cruzar paises y dejar la piel en las cuchillas. Luego hablamos de ISIS y demás fanatismos. Terrible.

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  2. Antonio, que alegría verte de nuevo por aquí.

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  3. ¿Memoria? ¿Qué es eso? Hace unos días en una televisión hicieron un montaje en el que se comparaban las imágenes de estos días con el éxodo de españoles tras el golpe de Estado militar que llevó a la guerra incivil. El paralelismo era desolador. Nos traiciona la memoria, no aprendemos. ¿Qué sociedad se espera construir levantando muros y vallas, instalando cuchillas y convirtiendo el Mediterráneo en una enorme fosa común?

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  4. Totalmente de acuerdo. Los gobiernos levantan vallas contra los más desfavorecidos que son empujados al exilio por los sistemas políticos de la codicia, transmitiendo a la población que lo hacen para defenderles de las hordas de hambrientos que les quitarán el pan y la sal. Pero en realidad, quienes nos quitan el pan y la sal son esos mismos gobiernos que controlan nuestras vidas. A ellos, a quienes vienen buscando una vida mejor para sus hijos, ya se lo quitaron antes.

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  5. Michelle · · Responder

    Hola Maruja, llegué a tu blog buscando noticias sobre la actualidad en Siria. Me gustó mucho tu nota, y con tu permiso la voy a compartir. Al mundo entero le falta memoria, la codicia sigue impulsando las guerras, y cada vez se alzan mas muros para no ver a aquellos que están sufriendo del otro lado. Saludos desde Argentina

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  6. Gracias por tus palabras Michelle. Puedes compartir de mi blog todo cuanto quieras. Un abrazo.

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  7. Hacía algún tiempo que no visitaba tu blog. A veces me da por escribir y escribir y leo poco, otras al revés. Leyéndote ahora (de la mano de tus «me gusta», hipócrita no quiero ser), observo lo justo que fui cuando reconocí tu labor. Allá quienes quieran ignorar lo que expones tan claramente en este artículo y en otros, pero ahí queda la denuncia, la verdad.

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    1. Gracias Jose Ángel. Es un honor para mí que me leas. Un abrazo.

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      1. Sigues en forma, Maruja, es un placer para mí.

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